viernes, 22 de agosto de 2008

Surgimiento del concepto género y del sistema sexo/género

El concepto de género fue introducido por la psicología y la medicina clínica. El psicólogo y sexólogo neozelandés, John Money, lo introdujo en la literatura psicológica como el rol de género en 1955. En 1988, con su libro “Gay, straight and in between: the sexology of erotic orientation”, Money busca enfrentar la dicotomía entre la naturaleza contra la cultura, entre lo innato contra lo adquirido, entre lo biológico contra lo social y lo psicológico contra lo fisiológico. De esta manera, Money buscaba demostrar que las niñas y los niños nacen psicosexualmente neutrales y se les puede asignar a uno u otro género durante los primeros años de su vida, y ello se puede lograr con sólo un cambio en la práctica del aprendizaje, además de una sencilla intervención quirúrgica, dando la posibilidad de construir una nueva identidad de género, donde un niño podía convertirse en una niña y una niña en un niño.
Por otra parte, el psiquiatra y psicoanalista estaunidense, Robert Stoller (1964), lo tomó con otra perspectiva, identidad de género, al constatar en un paciente biológicamente hombre que fue amputado de sus genitales y criado como una mujer sin “mayores complicaciones”. Stoller escribió “Sex and gender” en 1968 donde explicaba que existían áreas de la conducta humana como los pensamientos, los sentimientos y las fantasías, las cuales se relacionan con los sexos biológicos pero que eran construidas culturalmente. Stoller, llegó a la conclusión de que género “…es un término que tiene connotaciones psicológicas y culturales más que biológicas; si los términos adecuados para el sexo son varón y hembra, los correspondientes al género son masculino y femenino y estos últimos pueden ser bastante independientes del sexo biológico.”(Stoller, R. 1968:187).
Pasando a las ciencias sociales, es Ann Oakley quien en 1972 introduce el concepto de género es su publicación “Sex, gender and society”, donde “Sexo es un término de la biología, gender se emplea en psicología y con relación a procesos culturales. Se podría pensar que estas palabras son simplemente dos maneras de considerar la misma diferencia; y que si, por ejemplo, una persona es de sexo femenino, pertenece automáticamente al género correspondiente… De hecho, no es así. Ser hombre o mujer, niño o niña, es tanto la manera de vestirse, gestos, actividad, red social y personalidad como los órganos genitales que uno tiene.” (Oakley, A. 1972:158).
A partir de entonces, la distinción entre sexo y género fue usada por cientos de feministas como un instrumento válido para explicar la subordinación de las mujeres como algo construido socialmente y no justificado en la biología. (Facio, A. 2002:5)
Ello permitió analizar por separado al género y al sexo como dos categorías diferentes pero que se complementan, permitiendo ampliar el entendimiento de las prácticas culturales de distintas sociedades. “El género debe ser definido como la construcción social y política de un sistema que crea diferencias entre hombres y mujeres simplemente en virtud del sexo…” (Stromquist, N. 2006:15). Estas diferencias producen representaciones sociales grandemente difundidas de creencias y valores en cuanto a la feminidad y la masculinidad; tornándolas como características mutuamente exclusivas. Las mentalidades en vigor producen un sistema que da oportunidades, así como oprime, dependiendo del sexo de la persona.
Este sistema, denominado sexo/género, se refiere al “…conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana, y en el cual se satisfacen esas necesidades humanas transformadas.” (Rubin, G. 1996:37). En otras palabras, cada sociedad posee un sistema sexo/género, es decir, un conjunto de disposiciones por las cuales una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana, entonces cada grupo humano tiene un conjunto de normas que regulan el sexo y la procreación, y ejemplifica esto diciendo que el hambre es hambre en todas partes, pero cada cultura determina cual es la comida adecuada para satisfacerla, y de la misma manera el sexo es sexo en todas partes, pero lo que se acepta como conducta sexual varía de cultura en cultura. Simultáneamente, el sistema sexo/género ha construido estereotipos respecto a varones y mujeres. En general, los estereotipos operan asignando ciertas características a quienes integran un determinado grupo social, tomando como base alguna diferencia que dan por relevante y que muchas veces intentan fundamentar como una derivación biológica.
También se reconoce un sistema de género, el cual se encuentra manifestado en tres niveles (Stromquist, N. 2006): el estructural, apoyado por la división social del trabajo; el institucional, conformado por las normas y reglas que guían la distribución de recursos y las oportunidades disponibles a mujeres y hombres; el simbólico, que constituye las concepciones, mentalidades y las representaciones colectivas de lo que socialmente implica la feminidad y la masculinidad.
Consecuentemente, la vida de mujeres y hombres pueden ser expandidas o restringidas. Esta doble dinámica, de opresión para algunas y de privilegio para otros, constituye el centro más agudo en los cambios sociales.

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BIBLIOGRAFÍA

Facio, Alda. “Engendrando nuestras perspectivas”. En: Revista Otras Miradas. Revista del grupo de investigación de género y sexualidad. Vol. 2, N° 2, diciembre. Mérida. 2002.

Oakley, Ann. Sex, gender and society. New York, Harper and Row. 1972.

Rubin, Gayle. “El tráfico de mujeres: Notas sobre la “economía política” del sexo”. En: Lamas, Marta (comp.). El género. La construcción cultural de la diferencia sexual. Programa Universitario de Estudios de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México. 1° Edic. México D.F. 1996.

Ruíz Bravo, Patricia. “Una aproximación al concepto de género”. En: Sobre género, derecho y discriminación. Pontificia Universidad Católica del Perú y Defensoría del Pueblo. Lima. 1999.

Stoller, Robert. Sex and gender. Science House, New York: Hogarth Press and Institute of Psychoanalysis: London. 1968.

Stromquist, Nelly (edit.). La construcción del género en las políticas públicas. Perspectivas comparadas desde América Latina. Instituto de Estudios Peruanos. 1° Edic. Lima. 2006.