jueves, 9 de octubre de 2008

Vidas (no tan) paralelas, una decepción en el cine peruano

No voy a negar mi gran malestar e incomodidad al ver la "tan ovacionada" y "aclamada" película peruana que se ha estrenado hace tan sólo unas semanas, "Vidas paralelas", dirigida por Rocío Lladó, con la producción de la Universidad Alas Peruanas y el Ejército Peruano. Me interesó verla porque es un tema que me interesa ya que lo llevó estudiando cerca de 2 años en mis estudios de maestría. Pero fue realmente decepcionante cuando salí de verla.

No quiero entrar en detalles ni contar mucho de la historia de Felipe y Sixto, quienes son amigos de la infancia pero en el transcurso de la violencia política se convierten en enemigos, ya que uno de ellos ingresa a las filas de Sendero Luminoso, debido al adoctrinamiento forzado que recibieron las poblaciones campesinas en la Sierra Sur del país.

“Los militantes de los grupos subversivos reclutaron a pobladores insatisfechos que vivían en situación de pobreza pero albergaban la esperanza de un cambio. Otros, fueron reclutados a la fuerza y obligados a cometer actos violentos…”
(Wurst, C. 2004:18)

Mientras por el otro lado, vemos a un muchacho con sed de venganza al presenciar la muerte de su padre, alcalde de una localidad ayacuchana, ante sus propios ojos e incapaz de hacer algo por salvarlo… Desde allí siento que el film pierde sentido al mostrar sólo las acciones en las que incursionaba el Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso, acaso los militares no cometieron abusos contra las poblaciones campesinas.

Para comprender el desarrollo de la violencia vivida en nuestro país, presentaré las posibles causas y consecuencias en el siguiente cuadro:

Las primeras luchas por restablecer el orden no fueron suficientes, los subversivos atacaban con la finalidad de imponer un nuevo orden político, social y económico. La región del país que sufrió el mayor impacto de este conflicto fue la región centro-sur, conformada por los departamentos de Ayacucho, Apurímac y Huancavelica. Los departamentos que conforman esta región son además los más pobres del país actualmente.

En la década de 1980, el orden jurídico, la ley y el Estado mismo eran cuestionados en el proyecto revolucionario, que consideraba a la democracia representativa una forma vacía de contenido y subestimaba los derechos y las libertades individuales considerados burgueses. A la democracia formal se le oponía la democracia real, que sólo podía alcanzarse dentro de un Estado democrático popular o socialista, construido a través de una revolución que, para la mayoría de los partidos de izquierda de la época, sólo podía triunfar mediante la violencia.

“…Belaunde era reticente a ordenar el ingreso de las FFAA a combatir la subversión, para no darle un papel importante a quienes 14 años antes lo habían derrocado…”
(Degregori, C. y Rivera, C. 1993:9)

La vigencia del estado de derecho era también cuestionada por una larga tradición de pronunciamientos militares. En las cinco décadas previas al conflicto armado interno, el país sólo tuvo 14 años de gobiernos democráticos. Esa fragilidad expresaba modos conservadores de pensar y de hacer política, que consideraban natural un orden vertical y excluyente, impuesto cuando era necesario recurriendo a la violencia, esto es, patrones conservadores desentendidos de la ampliación de la ciudadanía, que más bien fue impulsada desde la sociedad por movimientos de democratización social y política a lo largo del siglo XX.

El Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso empezó su acción armada el 17 de mayo de 1980 en Ayacucho. Fue justo el momento en el que se retornaba a un gobierno democrático con la elección de Fernando Belaúnde Terry, después de 12 años de gobierno militar con Juan Velasco Alvarado y luego con Francisco Morales Bermúdez.

“…primera elección general realizada después de doce años de gobierno militar… era la primera oportunidad en que los campesinos quechuas, analfabetos en su mayoría, hubieran podido votar, gracias a la Constitución aprobada en 1979 había reconocido… el derecho de los analfabetos al voto… Así comenzó una guerra cuyo objetivo era derrocar al Estado peruano…”
(Manrique, N. 2002:14)

Con esa quema simbólica de ánforas, un grupo armado, hasta entonces prácticamente desconocido, llamado PCP-SL, entra en acción; según el plan de este grupo es el inicio de la lucha armada.

El motivo principal del inicio del conflicto armado es la decisión del Partido Comunista del Perú – Sendero Luminoso de iniciar una “guerra popular” contra el Estado peruano y contra de la población civil, utilizando armas y métodos violentos de manera permanente, sin respetar los derechos humanos.

“Al principio, PCP-SL fue caracterizado como un grupo marginal y fanático, y de limitada importancia…”
(Theidon, K. 2004:27)

Ya en su segundo gobierno, Fernando Belaúnde creyó que se trataba de un juego político de la oposición o de un grupo de abigeos y no les dio la importancia suficiente. Belaúnde decidió encomendar la represión del levantamiento a la Guardia Civil, pero ante el crecimiento de las acciones de Sendero determinó que las Fuerzas Armadas asumieran la represión, a partir de diciembre de 1983.

“La lucha contra la subversión fue… motivo de tensión entre militares y civiles. Mientras las FF.AA. recomendaban que ellas debían intervenir para controlar la insurrección, el gobierno [de Fernando Belaúnde] se negaba, a fin de no dar la imagen de una democracia recientemente elegida necesitaba recurrir a la fuerza militar para controlar el orden…”
(Obando, E. 1999:377)

Ya en diciembre de 1982, el presidente Fernando Belaúnde decidió encargar a las Fuerzas Armadas el control de la subversión en Ayacucho. Pero las Fuerzas Armadas tampoco pudieron controlar las acciones subversivas. La explicación se basaría en que círculos militares argumentaban que fue un fracaso sus acciones echando la culpa a los civiles, pues esto se debió a la negativa del presidente Fernando Belaúnde de llamar a los militares apenas iniciado las acciones subversivas. A lo largo de 1982 quedó claro que la Policía no podía controlar la subversión.

“A partir de 1983, los gobiernos entregaron la conducción de la guerra contra SL a las FFAA, que adquirieron de facto amplísimos poderes en las provincias cada vez más numerosas que iban siendo declaradas en Estado de Emergencia…”
(Degregori, C. y Rivera, C. 1993:7)

Las Fuerzas Armadas no estaban preparadas para esta lucha y no conocían bien a los senderistas, ni mucho menos su pensamiento maoísta ni su forma de lucha. Tenían la orden de terminar rápidamente con el conflicto, por lo que las muertes, las desapariciones y otras violaciones a los derechos humanos se asumieron como un costo necesario. Los miembros de las Fuerzas Armadas calificaron algunos lugares como zonas rojas, donde entraban a matar a cualquier sospechoso son averiguar si era subversivo o no.

Los pobladores que sufrieron esta violencia en su localidad recuerdan estos acontecimientos como si fuera ayer. Los militares asesinaron a hombres y mujeres, y detuvieron, torturaron y desaparecieron a jóvenes de diferentes distritos, destruyeron todo lo que estaba a su alcance, quemaron casas con el pretexto de que allí habían presuntos terroristas.

El conflicto armado interno afectó de forma diferente a hombres y mujeres. La diferenciación en las violaciones a sus derechos, se encuentra en la violencia sexual que padecieron las mujeres. Mientras que a los hombres los desaparecían o torturaban, las mujeres eran víctimas de violencia sexual, no sólo en las incursiones que los militares hacían en sus comunidades sino también en el contexto de las búsquedas que hacían de sus familiares desaparecidos, situaciones que las exponía a otras violaciones de sus derechos, como la tortura, chantajes, extorsiones, acoso por parte los militares.

Comentarios de la película (los podrán encontrar en la sesión “Vota y Comenta” de la web de Cine Planet):

DANNY HENRY CERNA CARBONEL
“Nos recuerda el terror que vivió nuestro país y cómo nuestros soldados libraron esa guerra interna contra la subversión, y luego tenemos que indemnizar a los terroristas por decisiones judiciales absurdas, si no se hubiera combatido así hoy estaríamos como en Colombia... muy buena película.”

JAVIER ALBERTO GONZALES TAPIA
“Una nueva producción peruana ingresa a nuestra cartelera, si bien es cierto el cine se encuentra cuesta arriba en nuestro país y año tras año se estrenan títulos nacionales, algunos buenos y la mayoría resultaron un fiasco. Este film basado y ambientado en la trágica época del terrorismo. Me resultó bueno pero no colmó mis expectativas, quizá porque son innumerables las veces que el cine peruano ha mostrado dicha época que llega a saturarnos. La película es buena en acción, la trama bien presentada faltándole un poco más de toque en la narración. Hay elementos que la directora dejó pasar y que a mi parecer no debió hacerlo, por otro lado destaco la actuación del carismático Renzo Schuller y la experimentada Jimena Lindo. Espero que el cine peruano siga creciendo tanto en argumento, ambientación y mejorando la calidad de imagen, espero también que en las próximas producciones se toquen otro tipo de temas más positivos o esperanzadores y que el objetivo no siempre sea el de hacernos recordar aquellos años de terror y sufrimiento…”

JOSE ANTONIO TATAJE TIPACTI
“Es una versión muy realista de lo que pasó y sucede en nuestro país, muy aleccionador.”

PEGGY KARIN COSAVALENTE RIVADENEIRA
“La versión de esta impresionante película es súper interesante porque allí se viven hechos que se viven en la realidad peruana. Yo Peggy como peruana me intereso que la vean esta historia de drama.”

JOSE MANUEL AVALOS ARELLANO
Muy buena película, nos hace recordar lo que se vivió con Sendero Luminoso desde sus orígenes en los 80, no me parece "una película más de terrorismo" porque muestra además como los terroristas ganan terreno fingiendo ser víctimas…”

Es lamentable realmente cuán informada se encuentra “la ciudadanía” sobre estos acontecimientos, al leer los comentarios realmente me doy cuenta lo poco informados que se encuentran de las 2 décadas que enlutaron a muchas localidades (parece que ni bien se han informado de las conclusiones de la Comisión de la Verdad y Reconciliación). No debemos ser ajenos a estos acontecimientos y deben ser mostrados como son, no enmascararlos con films como éste en busque rescatar el prestigio de instituciones como las Fuerzas Armadas cuando en realidad son ellos también los causantes de tantas muertes y abusos por el simple hecho de portar el uniforme.


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BIBLIOGRAFÍA:

CVR. INFORME FINAL. Comisión de la Verdad y Reconciliación, CVR. Tomos I, II, IV, VI y VIII. 1º Edic. Lima. 2003.

DEGREGORI, Carlos I. y RIVERA, Carlos. PERÚ 1980-1993: FUERZAS ARMADAS, SUBVERSIÓN Y DEMOCRACIA. REDEFINICIÓN DEL PAPEL MILITAR EN UN CONTEXTO DE VIOLENCIA SUBVERSIVA Y COLAPSO DEL RÉGIMEN DEMOCRÁTICO. Instituto de Estudios Peruanos, IEP. 1º Edic. Lima. 1993.

GAMARRA, Jefrey. “Lo público y privado: Un análisis del Espacio Social en comunidades retornantes en Ayacucho”. En: WILSON, Fiona (Edit.) VIOLENCIA Y ESPACIO SOCIAL. Estudios de Desarrollo Internacional de la Universidad de Roskilde, Centro de Estudios de Desarrollo Gammerl Kongevej 5 y Universidad Nacional del Centro. s/e. Lima. 1999.

MANRIQUE G., Nelson. EL TIEMPO DEL MIEDO: LA VIOLENCIA POLÍTICA EN EL PERÚ, 1980-1996. Fondo Editorial del Congreso del Perú. s/e. Lima. 2002.

OBANDO, Enrique. “Las relaciones civiles-militares en el Perú 1980-1996: sobre cómo controlar, cooptar y utilizar a los militares (y las consecuencias de hacerlo)”. En: STERN, Steve (Edit.). LOS SENDEROS INSÓLITOS DEL PERÚ: GUERRA Y SOCIEDAD, 1980-1995. Instituto de Estudios Peruanos y Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga. 1º Edic. Lima. 1999.

REYNAGA, Gumercinda. CAMBIOS ES LAS RELACIONES FAMILIARES CAMPESINAS A PARTIR DE LA VIOLENCIA POLÍTICA Y EL NUEVO ROL DE LA MUJER. Instituto de Estudios Peruanos. s/e. Lima. 1996.

SULMONT, David. “Memoria y opinión pública sobre el conflicto armado interno en el Perú, 1980 – 2000. Las distancias del recuerdo”. En: MEMORIA. Revista sobre cultura, democracia y derechos humanos. Instituto de Democracia y Derechos Humanos de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Nº 2. Lima. 2007.

THEIDON, Kimberly. ENTRE PRÓJIMOS. EL CONFLICTO ARMADO INTERNO Y LA POLÍTICA DE LA RECONCIALIACIÓN EN EL PERÚ. Instituto de Estudios Peruanos, IEP. 1º Edic. Lima. 2004.

WURST, Carmen. “1980 – 2000: Violencia y conflicto armado en Perú. Secuelas psicosociales”. En: RAFFO, María del Carmen; STORNAIUOLO, Martha y otros. LLAKI ONQOY. LA ENFERMEDAD DE LA TRISTEZA. Centro de Atención Psicosocial, CAPS. 1º Edic. Lima. 2004.

viernes, 22 de agosto de 2008

Surgimiento del concepto género y del sistema sexo/género

El concepto de género fue introducido por la psicología y la medicina clínica. El psicólogo y sexólogo neozelandés, John Money, lo introdujo en la literatura psicológica como el rol de género en 1955. En 1988, con su libro “Gay, straight and in between: the sexology of erotic orientation”, Money busca enfrentar la dicotomía entre la naturaleza contra la cultura, entre lo innato contra lo adquirido, entre lo biológico contra lo social y lo psicológico contra lo fisiológico. De esta manera, Money buscaba demostrar que las niñas y los niños nacen psicosexualmente neutrales y se les puede asignar a uno u otro género durante los primeros años de su vida, y ello se puede lograr con sólo un cambio en la práctica del aprendizaje, además de una sencilla intervención quirúrgica, dando la posibilidad de construir una nueva identidad de género, donde un niño podía convertirse en una niña y una niña en un niño.
Por otra parte, el psiquiatra y psicoanalista estaunidense, Robert Stoller (1964), lo tomó con otra perspectiva, identidad de género, al constatar en un paciente biológicamente hombre que fue amputado de sus genitales y criado como una mujer sin “mayores complicaciones”. Stoller escribió “Sex and gender” en 1968 donde explicaba que existían áreas de la conducta humana como los pensamientos, los sentimientos y las fantasías, las cuales se relacionan con los sexos biológicos pero que eran construidas culturalmente. Stoller, llegó a la conclusión de que género “…es un término que tiene connotaciones psicológicas y culturales más que biológicas; si los términos adecuados para el sexo son varón y hembra, los correspondientes al género son masculino y femenino y estos últimos pueden ser bastante independientes del sexo biológico.”(Stoller, R. 1968:187).
Pasando a las ciencias sociales, es Ann Oakley quien en 1972 introduce el concepto de género es su publicación “Sex, gender and society”, donde “Sexo es un término de la biología, gender se emplea en psicología y con relación a procesos culturales. Se podría pensar que estas palabras son simplemente dos maneras de considerar la misma diferencia; y que si, por ejemplo, una persona es de sexo femenino, pertenece automáticamente al género correspondiente… De hecho, no es así. Ser hombre o mujer, niño o niña, es tanto la manera de vestirse, gestos, actividad, red social y personalidad como los órganos genitales que uno tiene.” (Oakley, A. 1972:158).
A partir de entonces, la distinción entre sexo y género fue usada por cientos de feministas como un instrumento válido para explicar la subordinación de las mujeres como algo construido socialmente y no justificado en la biología. (Facio, A. 2002:5)
Ello permitió analizar por separado al género y al sexo como dos categorías diferentes pero que se complementan, permitiendo ampliar el entendimiento de las prácticas culturales de distintas sociedades. “El género debe ser definido como la construcción social y política de un sistema que crea diferencias entre hombres y mujeres simplemente en virtud del sexo…” (Stromquist, N. 2006:15). Estas diferencias producen representaciones sociales grandemente difundidas de creencias y valores en cuanto a la feminidad y la masculinidad; tornándolas como características mutuamente exclusivas. Las mentalidades en vigor producen un sistema que da oportunidades, así como oprime, dependiendo del sexo de la persona.
Este sistema, denominado sexo/género, se refiere al “…conjunto de disposiciones por el que una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana, y en el cual se satisfacen esas necesidades humanas transformadas.” (Rubin, G. 1996:37). En otras palabras, cada sociedad posee un sistema sexo/género, es decir, un conjunto de disposiciones por las cuales una sociedad transforma la sexualidad biológica en productos de la actividad humana, entonces cada grupo humano tiene un conjunto de normas que regulan el sexo y la procreación, y ejemplifica esto diciendo que el hambre es hambre en todas partes, pero cada cultura determina cual es la comida adecuada para satisfacerla, y de la misma manera el sexo es sexo en todas partes, pero lo que se acepta como conducta sexual varía de cultura en cultura. Simultáneamente, el sistema sexo/género ha construido estereotipos respecto a varones y mujeres. En general, los estereotipos operan asignando ciertas características a quienes integran un determinado grupo social, tomando como base alguna diferencia que dan por relevante y que muchas veces intentan fundamentar como una derivación biológica.
También se reconoce un sistema de género, el cual se encuentra manifestado en tres niveles (Stromquist, N. 2006): el estructural, apoyado por la división social del trabajo; el institucional, conformado por las normas y reglas que guían la distribución de recursos y las oportunidades disponibles a mujeres y hombres; el simbólico, que constituye las concepciones, mentalidades y las representaciones colectivas de lo que socialmente implica la feminidad y la masculinidad.
Consecuentemente, la vida de mujeres y hombres pueden ser expandidas o restringidas. Esta doble dinámica, de opresión para algunas y de privilegio para otros, constituye el centro más agudo en los cambios sociales.

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BIBLIOGRAFÍA

Facio, Alda. “Engendrando nuestras perspectivas”. En: Revista Otras Miradas. Revista del grupo de investigación de género y sexualidad. Vol. 2, N° 2, diciembre. Mérida. 2002.

Oakley, Ann. Sex, gender and society. New York, Harper and Row. 1972.

Rubin, Gayle. “El tráfico de mujeres: Notas sobre la “economía política” del sexo”. En: Lamas, Marta (comp.). El género. La construcción cultural de la diferencia sexual. Programa Universitario de Estudios de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México. 1° Edic. México D.F. 1996.

Ruíz Bravo, Patricia. “Una aproximación al concepto de género”. En: Sobre género, derecho y discriminación. Pontificia Universidad Católica del Perú y Defensoría del Pueblo. Lima. 1999.

Stoller, Robert. Sex and gender. Science House, New York: Hogarth Press and Institute of Psychoanalysis: London. 1968.

Stromquist, Nelly (edit.). La construcción del género en las políticas públicas. Perspectivas comparadas desde América Latina. Instituto de Estudios Peruanos. 1° Edic. Lima. 2006.

lunes, 14 de julio de 2008

SOMOS JÓVENES... no pecadores

En mi experiencia personal en el proyecto “Ayudando a mejorar la Salud Sexual y Reproductiva de las/os jóvenes rurales y peri-urbanos del Perú”, he podido compartir conversaciones con adolescentes en el distrito de San Juan de Miraflores sobre la temática de sexualidad además de derechos sexuales y reproductivos. Una de sus limitaciones se encuentra en los llamados “valores morales” (establecidos por la iglesia) como una forma de condicionar su comportamiento, aquel o aquella que atente contra estos valores estará cayendo en pecado. Pero el hacer esta afirmación es ocultarles la realidad que atraviesan las y los adolescentes en su distrito. Existen embarazos no deseados, portadores(as) del VIH, abortos, deserción escolar, violencia sexual y violencia familiar. “…las personas que defienden el acceso a la información y a los servicios necesarios para cumplir con los derechos sexuales y reproductivos, operan también dentro de un marco de salud pública y derechos humanos. Sabiendo que se puede prevenir enfermedades o muertes que son consecuencia de ciertos comportamientos, se trata de promover comportamientos más sanos, además de proveer cualquier información o insumo que prevendría la enfermedad y la muerte.” (Shepard; 2004:143).

Es preocupante que las y los adolescentes se encuentren limitados a ejercer su sexualidad, generando en ellos conflictos personales (caer en pecado) y socioculturales (discriminados por su edad, por su orientación sexual, por solicitar información). Las instituciones religiosas creen aún en que brindar información a las y los adolescentes es un peligro ya que promueves promiscuidad en ellos, y quienes vayan en contra “sus principios morales” son considerados pecadores. Esto quiere decir que pecadores serían: las madres adolescentes, los gays, las lesbianas, las y los portadores de VIH. Como ellos manifiestan que de abstenerse a las relaciones sexuales hasta el matrimonio y de ser fiel a tu pareja nada de esto te hubiese pasado, generando en la y el adolescente sentimiento de culpa, en donde la consecuencia viene a ser su castigo.

“Se ha conceptualizado y sobrevalorado la sexualidad como un problema y no como un elemento más de la conducta integral de los adolescentes. Se ha atribuido a los jóvenes la responsabilidad del ejercicio de la sexualidad, negando o soslayando la influencia de otros factores, tales como la educación escolarizada, la iglesia, la familia, los medios de comunicación masiva, los valores y costumbres, las tendencias políticas, entre otros. Se ha tendido quizá a sobrevalorar a la anticoncepción como un recurso que soluciona “el problema” de la sexualidad de los adolescentes .Se ha tendido también a emplear argumentos amenazantes, manejando temores y angustia al asociar las relaciones sexuales con el embarazo o las enfermedades de transmisión sexual. Es urgente que los programas a la vez que logren una amplia cobertura, aborden elementos de naturaleza social y psicológica para tratar la sexualidad desde la perspectiva del fomento a la salud, tomando en consideración las circunstancias que aquejan a los jóvenes.”
(Rábago, Mendoza y Bravo; 1995:112)

En cuanto a políticas públicas en nuestro país no existe un cumplimiento en los derechos humanos de las personas y especialmente en las y los adolescentes en lo que respecta a su sexualidad, esto demuestra la ausencia de programas y servicios por parte del Estado que protejan la salud sexual y reproductiva, concuerdo con la autora en que las normas religioso-culturales sobre género y sexualidad conducen a violaciones de derechos en la vida privada. Surgiendo así un rechazo sociocultural a la sexualidad considerado como algo pecaminoso. Limitando a la sexualidad sólo al fin reproductivo.
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BIBLIOGRAFÍA

RÁBAGO, Aurora; MENDOZA, Doroteo y BRAVO, Rodolfo. “Líneas de acción y estrategias de trabajo con la población adolescente en el Instituto Mexicano del Seguro Social”. En: HIDALGO SAN MARTÍN, Alfredo (Edit.). SEMINARIO INTERNACIONAL: SALUD, SEXUALIDAD Y REPRODUCCIÓN EN LA ADOLESCENCIA. Organización Panamericana de la Salud, Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara y el Instituto Mexicano de Seguro Social. 1º Edic. Jalisco. 1995.

SHEPARD, Bonnie L. “Pecado y derechos humanos: la falta de ciudadanía sexual de la juventud”. En: CÁCERES, Carlos; FRASCA, Tim y otros (Edit.). CIUDADANÍA SEXUAL EN AMÉRICA LATINA. ABRIENDO EL DEBATE. Universidad Peruana Cayetano Heredia. 1º Edic. Lima. 2004.

domingo, 27 de enero de 2008

Lilith y las dos Evas, ¿buscando un prototipo de mujer en la sociedad actual?

John Phillips, autor del libro "Eva, la historia de una idea" intenta revelar la actitud esencial hacia la mujer al analizar el proceso por el cual Eva llegó a ser reverenciada como una diosa que se transformó en una personalidad en la que se confunden imágenes que la vuelven símbolo de corrupción y responsable de traer la muerte y desgracia al mundo.
En un exhaustivo análisis de algunos libros como la Biblia, Phillips aporta elementos para percibir de qué manera la mentalidad medieval fue influenciada por el Génesis y otros textos bíblicos.
La historia de Eva inicia con la aparición de Yahvéh en lugar de la “Madre de los Vivientes”. Este desplazamiento de poder señala un cambio fundamental en la relación entre la humanidad y Dios, el mundo y Dios, el mundo y la humanidad, y los hombres y las mujeres. Tal ambivalencia, la sombra de la diosa destronada y el rechazo de lo femenino como entidad sacra, nos aguardan cuando abordamos la historia de Eva[1].
El acto sexual se convirtió en pecado porque a través de la concepción, según el Génesis, se trasmitía el pecado original. De ser un mero trasmisor del pecado, se convirtió en sí mismo en pecado. Toda la literatura bíblica permitía colocar a la mujer en el centro de las responsabilidades. ¿No había sido Eva el instrumento de Satanás? Fue durante la Edad Media que comenzó la tradición pictórica por la cual la serpiente se representaba con rostro de mujer. A estas imágenes se añadió más tarde un nuevo pecado: la vanidad. Numerosas pinturas a partir del siglo XIV muestran a la serpiente femenina sosteniendo un espejo en el cual se mira Eva. La mujer aparecía entonces a los ojos medievales como un ser propenso a la caída, solamente preocupada por sí misma, con el fin de provocar la falta del varón, a lo mencionado recuerdo siempre esta frase en donde aluden que por culpa de Eva, Adán cayó en pecado, pobrecito.
De Lilith pude leer por primera vez de ella en el libro “Historia de mujeres” de Rosa Montero. Lilith, considerada la primera mujer antes que Eva, nunca se cansaba de recordarle a Adán el puesto que ella ocupaba, ya que fue creada al mismo tiempo que él[2], de ahí se seguía que su posición era igual y no tenía que aceptar un papel subordinado. Las riñas resultantes llegaron al colmo cuando Adán insistió en consumar el acto sexual sólo en la que se ha llegado a llamar la posición misionera (Adán encima de Lilith). Lilith consideró humillante esta posición, y se negó; cuando Adán trató de forzarla, ella pronunció el divino nombre de Dios y huyó a las costas del Mar Rojo, para dar vuelo allí a sus fantasías sexuales con unos demonios. El “precio” que tiene que pagar Lilith por no dejarse dominar por Adán, viviendo como espíritu nocturno, diabólico y sumamente erótico.
Phillips manifiesta que si la mujer fue creada simultáneamente con el hombre, también ella es perfecta y comparte por igual la condición de soberana. Si es creada después de él, es un tanto menos que perfecta y pertenece al ámbito que él domina[3]. Eva se encuentra bajo el dominio de su marido, en lo religioso, lo social, lo político y lo sexual.
La agresión que lógicamente habría debido ir dirigida contra el Padre Dios se desvía contra la mujer, donde adquiere una destrucción en forma sexual. El nacimiento, que ella origina, es interpretado como muerte; y su presencia es recordatorio permanente del paraíso perdido. Desde el punto de vista masculino, la relación sexual con ella siempre entrañada a desprecio y violencia, y aquellas palabras de los lenguajes del mundo occidental que describen la mayor intimidad entre hombre y mujer reflejan tal desprecio y tal violencia: entrar, hurgar, empujar y pegar. Para el psicoanálisis la historia de Eva nos puede brindar un medio para comprender esta agresión desviada, pero su visión, limitada a la condición intolerable de la existencia varonil, sólo puede darnos un amor que odia, y un anhelo que desprecia.
En el relato de la Caída sólo sirve para subrayar la necesidad de que ella se someta a una domesticación: si Eva no hubiese negado un momento a subordinarse a su esposo, la humanidad no habría caído. Como cayó, ella es sentenciada a una subordinación más extrema que la que antes desafío (Lilith): debe ganarse la salvación dentro de los límites de la domesticación. En su familia y en su Iglesia, ella será dependiente de los hombres. Esto autoriza al hombre a achacar a la mujer todos sus males, hacerla trabajar para él, excluirla del oficio religioso y rechazar su consejo en problemas morales.
La segunda Eva, la virgen María, tendrá que alterar el cuadro de la mujer prototípica, y por consiguiente la ideología de las mujeres en el mundo occidental, siendo su característica más importante su maternidad virgen (virgen antes y después del nacimiento de Jesús), rescatando sólo dos de las cuatro características tradicionales de las diosas de la antigüedad (castidad, promiscuidad, maternidad y sed de sangre). Para los padres de la Iglesia promovieron la idea común de que el cuerpo femenino es un receptáculo misterioso, que al ser penetrado, se convierte en símbolo no sólo de sexualidad y parto sino también de corrupción, pecado y muerte. La virginidad conserva tal cuerpo sellado como símbolo poderoso de la ofrenda que el cristianismo hace a la humanidad, de la posibilidad de retorno a un estado de inocencia o paraíso.

[1] Como señala Isaac Kikawada, probablemente se ocultaba la figura de la creadora o Diosa Madre
[2] “Y creó Dios al hombre a imagen suya: a imagen de Dios lo creó; macho y hembra los creó” de Génesis, 1:27.
[3] “Y le quitó una de las costillas, rellenando el vacío con carne. De la costilla que Yahvéh Dios había tomado del hombre formó una mujer” de Génesis, 2:22

El rol del ciudadano en la construcción de la ciudad sostenible

La ciudad, un gran escenario complejo, muchas veces se cuestionan las actitudes y patrones de los individuos, ya como grupo o individualmente, con ello surgen preguntas como el ¿por qué estoy aquí?, ¿en la ciudad encontraré lo que busco?, ¿cómo será esta ciudad en diez años?, son muchas preguntas más que inundan la mente. Con ello la antropología urbana, cumple un rol muy importante, el estudio y análisis de los ciudadanos y comunidades que componen una ciudad, enmarcados dentro de un ámbito social-cultural, económico y político, pero ante todo espacial.
Y ¿qué es el ciudadano?, según el historiador y economista Douglas North (1994) lo define como una persona capaz, en cooperación con otros, de crear o transformar el orden social que ella misma quiere vivir, cumplir y proteger, para la dignidad de todos. El ciudadano es el hombre que vive en, para y por la ciudad. No es solamente un hombre, sino un hombre vuelto hacia los otros hombres. Ser ciudadano implica también entender una proyección hacia el futuro, por ello es necesario entender qué es el desarrollo sostenible, el cual se relaciona con satisfacer las necesidades básicas del ciudadano (comida, ropa, lugar donde vivir y trabajo) y lo impuesto por el nivel tecnológico y de organización social, el impacto sobre los recursos del medio ambiente y la capacidad de la biosfera para absorber los efectos de la actividad humana.
Son muchos aspectos que se toman para entender la relación ciudadano-ciudad. La ciudad sostenible, según programa de las Nacional Unidas, Agenda 21 (Cumbre de Río, 1992), "Es la ciudad que es capaz de satisfacer sus necesidades en el presente, sin comprometer la capacidad para satisfacer sus necesidades en el futuro, enfocada a la integridad y la estabilidad social y económica y la calidad de vida de su población". Con ello la ciudad sostenible debe estar hecha a la medida de la persona, donde sea consciente del consumo de recursos, calidad ambiental y espacio. La satisfacción colectiva se relaciona profundamente con la equidad social. Se busca la solidaridad y respeto de la persona, bajo el entendimiento del ciudadano como ser social. El protagonismo del ciudadano es indispensable ya que toma las decisiones en su entorno, enmarca su vida tanto como para él, su familia y su localidad.
La tarea del ciudadano es "encontrarse con su rol"; la del Estado, acompañarlo con medidas concretas de apoyo a su esfuerzo, propiciando la participación en distintos ámbitos e instancias, promocionar concertadamente el desarrollo local, participar en los procesos y la toma de decisiones, proporcionar liderazgo, definir los valores, las visiones y las metas comunes entre los ciudadanos. Un ejemplo de ello es el papel que esta realizando la juventud en la actualidad, buscando las alianzas estratégicas incluso también incursionando su participación en instituciones como voluntarios como es el caso de la Asociación Civil Transparencia.
Para garantizar una proyección hacia una ciudad sostenible es necesario ejercer en plenitud los derechos y garantías individuales: libertad, justicia, seguridad, educación, salud, entre otros. A ellos con sus componentes de capacitación ciudadana e institucional, deben apuntar las políticas de Estado y las de los organismos multilaterales de crédito como el Banco Mundial, BID y el FMI. También y particularmente, a crear un mayor nivel de ciudadanía, de participación en la comunidad y en la definición de las políticas públicas.

Conociendo un poco de Persépolis de Marjane Satrapi

Marjane Satrapi (Teherán, 1969 - ), quien a criterio personal es una de las pioneras en el feminismo árabe, ingresa al mundo del cómic creando Persépolis (la primera historieta iraní), siendo su autobiografía donde relata la revolución islámica hasta la actualidad. Esta historia inicia en 1979, cuando “Marje” tiene diez años y desde su perspectiva infantil es testigo de un cambio sociopolítico que pone fin a más de cincuenta años de reinado del Sha de Persia en Irán y da paso a una república islámica, donde los fundamentalistas toman el poder forzando a las mujeres a llevar velo[1] y encarcelando a miles de personas, además de verse frustrado su sueño de ser la última profeta.
Es así como Marjane Satrapi nos relata su vida y los acontecimientos políticos en cuatro volúmenes de Persépolis: el primero es sobre la revolución e inicio de la guerra, comprendido entre 1979 y 1980; el segundo habla sobre la guerra entre Irán e Irak, además nace su gusto musical por unos grupos y cantantes prohibidos por el Islam (Iron Maiden, Kim Wilde, Michael Jackson, entre otros), correspondiente al periodo de 1980 a 1984; el tercero es sobre su exilio y emigración, periodo donde vivió en Austria, entre 1984 y 1989; y el cuarto es sobre su retorno a Irán donde cursa estudios de arte, además de casarse y divorciarse. Marjane comenta que “en el momento no me percate pero, tras escribirlo, me di cuenta de que la conciencia política en un país crece exactamente igual que un niño. Primero echaba la culpa a Occidente. Con el tiempo me di cuenta de que somos muy responsables de nuestro propio destino histórico”.
Escogí a Marjane Satrapi para iniciar mi blog, porque sentí mucha curiosidad por conocer el mundo árabe, sus costumbres, creencias, el cómo viven, por qué comen esto y no aquello, me gustó mucho la manera cómo ella relata su vida mediante un cómic, un choque de dos culturas (lo oriente con lo occidente, ¿Qué camino debemos optar entonces?) Si no hubiese sido por la clase de feminismo musulmán en la Maestría de Género, Sexualidad y Políticas Públicas por Rocío Silva Santisteban (UNMSM) quizá no supiera de ella hasta ahora.
Por mi parte ya tengo los cuatro volúmenes de esta gran historia y se las recomiendo al igual que la película, posee a la vez drama y comedia, ha sido premiada en Canes en el 2007 y esta nominada al Oscar para este 2008 como “mejor película de animación”, ojala la Academia sepa reconocer el valor significativo de esta gran historia…
Para el feminismo, Persépolis[2] podría constituir una denuncia del fanatismo religioso y más concretamente de la represión ejercida por los fundamentalistas contra la mujer. Que es sólo un símbolo de la represión generalizada ejercida contra la mujer (un ejemplo de ello es la imposición del velo en Irán como nos relata Marjane en su historia) por quienes se creen propietarios únicos de la religión islámica: los integristas. Ahora Marjane Satrapi vive en Francia, no usa el velo, encontrándose alejada de los fundamentalismos de su amada Irán.

[1] Según Eva Máñez, en su artículo “El velo, el etnocentrismo y el feminismo”, el velo, la hiyad, es una cuestión religiosa, pero también una cuestión cultural, incluso una moda. Pero el velo sobre todo ha sido una herramienta de liberalización para muchas mujeres árabes.
[2] Una periodista le pregunta sobre lo que trata el film, a lo que Marjane responde “Sobre el tema brutal de cómo crecer en Irán.”... Luego, la reportera le pregunta por su religión musulmana, ella dice que no lo es; luego, por su feminismo, ella dice que no lo es. Finalmente le pregunta por el acto de “autodenegación” que implica, para una mayoría de mujeres musulmanas, el tener que llevar el chador. Marjane ya se enoja, y le responde: “En los países musulmanes tratan de cubrir a las mujeres, y acá en América tratan de que se parezcan a un pedazo de carne”. Extraído de “Persépolis y las maneras de leer un film”.