domingo, 27 de enero de 2008

Conociendo un poco de Persépolis de Marjane Satrapi

Marjane Satrapi (Teherán, 1969 - ), quien a criterio personal es una de las pioneras en el feminismo árabe, ingresa al mundo del cómic creando Persépolis (la primera historieta iraní), siendo su autobiografía donde relata la revolución islámica hasta la actualidad. Esta historia inicia en 1979, cuando “Marje” tiene diez años y desde su perspectiva infantil es testigo de un cambio sociopolítico que pone fin a más de cincuenta años de reinado del Sha de Persia en Irán y da paso a una república islámica, donde los fundamentalistas toman el poder forzando a las mujeres a llevar velo[1] y encarcelando a miles de personas, además de verse frustrado su sueño de ser la última profeta.
Es así como Marjane Satrapi nos relata su vida y los acontecimientos políticos en cuatro volúmenes de Persépolis: el primero es sobre la revolución e inicio de la guerra, comprendido entre 1979 y 1980; el segundo habla sobre la guerra entre Irán e Irak, además nace su gusto musical por unos grupos y cantantes prohibidos por el Islam (Iron Maiden, Kim Wilde, Michael Jackson, entre otros), correspondiente al periodo de 1980 a 1984; el tercero es sobre su exilio y emigración, periodo donde vivió en Austria, entre 1984 y 1989; y el cuarto es sobre su retorno a Irán donde cursa estudios de arte, además de casarse y divorciarse. Marjane comenta que “en el momento no me percate pero, tras escribirlo, me di cuenta de que la conciencia política en un país crece exactamente igual que un niño. Primero echaba la culpa a Occidente. Con el tiempo me di cuenta de que somos muy responsables de nuestro propio destino histórico”.
Escogí a Marjane Satrapi para iniciar mi blog, porque sentí mucha curiosidad por conocer el mundo árabe, sus costumbres, creencias, el cómo viven, por qué comen esto y no aquello, me gustó mucho la manera cómo ella relata su vida mediante un cómic, un choque de dos culturas (lo oriente con lo occidente, ¿Qué camino debemos optar entonces?) Si no hubiese sido por la clase de feminismo musulmán en la Maestría de Género, Sexualidad y Políticas Públicas por Rocío Silva Santisteban (UNMSM) quizá no supiera de ella hasta ahora.
Por mi parte ya tengo los cuatro volúmenes de esta gran historia y se las recomiendo al igual que la película, posee a la vez drama y comedia, ha sido premiada en Canes en el 2007 y esta nominada al Oscar para este 2008 como “mejor película de animación”, ojala la Academia sepa reconocer el valor significativo de esta gran historia…
Para el feminismo, Persépolis[2] podría constituir una denuncia del fanatismo religioso y más concretamente de la represión ejercida por los fundamentalistas contra la mujer. Que es sólo un símbolo de la represión generalizada ejercida contra la mujer (un ejemplo de ello es la imposición del velo en Irán como nos relata Marjane en su historia) por quienes se creen propietarios únicos de la religión islámica: los integristas. Ahora Marjane Satrapi vive en Francia, no usa el velo, encontrándose alejada de los fundamentalismos de su amada Irán.

[1] Según Eva Máñez, en su artículo “El velo, el etnocentrismo y el feminismo”, el velo, la hiyad, es una cuestión religiosa, pero también una cuestión cultural, incluso una moda. Pero el velo sobre todo ha sido una herramienta de liberalización para muchas mujeres árabes.
[2] Una periodista le pregunta sobre lo que trata el film, a lo que Marjane responde “Sobre el tema brutal de cómo crecer en Irán.”... Luego, la reportera le pregunta por su religión musulmana, ella dice que no lo es; luego, por su feminismo, ella dice que no lo es. Finalmente le pregunta por el acto de “autodenegación” que implica, para una mayoría de mujeres musulmanas, el tener que llevar el chador. Marjane ya se enoja, y le responde: “En los países musulmanes tratan de cubrir a las mujeres, y acá en América tratan de que se parezcan a un pedazo de carne”. Extraído de “Persépolis y las maneras de leer un film”.

1 comentario:

Andrea Fernández Callegari dijo...

Suena muy interesante, debe ser difícil crecer en un país opresor de la mujer (política y religiosamente). Persépolis, a mi parecer, es una suerte de escape de esa realidad y una oportunidad de compararla con nuestra sociedad occidental.

Cariños,
Andrea.

P.D. ¿Cuándo me la prestas?