miércoles, 20 de mayo de 2009

La formación de la doble moral en las y los adolescentes en las instituciones educativas



Cuando hablamos de sexualidad es hacer referencia a muchas definiciones, desde las más biologistas, poéticas, como hasta las más satanizadas y polémicas. Sin embargo, existe un acuerdo casi unánime para considerarla como “un componente de la personalidad del ser humano” [1]. Desde este punto de vista, la sexualidad corresponde al desarrollo personal de cada individuo. Las influencias históricas, étnicas, religiosas, morales, éticas y las propias experiencias de cada persona tendrán un papel fundamental en el desarrollo de éste.

Michel Foucault considera que hay que entender a la sexualidad como una construcción histórica sobre el saber que conforma las maneras en que pensamos y entendemos el cuerpo, concebido éste como frontera de la libertad personal. Abarca el conjunto de reglas y normas tradicionales y modernas, que se apoyan en los conceptos de las instituciones eclesiásticas, judiciales, pedagógicas y médicas, y en el conjunto de cambios que llevan a los individuos a dar sentido y valor a su conducta, sus deberes, sus placeres, sus sentimientos y sensaciones, y a sus sueños [2].

Por ello, las y los adolescentes se encuentren limitados a ejercer su sexualidad en forma plena, atentando así contra su ejercicio ciudadano debido a la doble moral – generando en ellos conflictos personales como el sentimiento de culpa: tener ciudadanía con pleno goce de mis derechos o ser un(a) adolescente con principios “morales” – donde las instituciones religiosas creen aún en que brindar información a las y los adolescentes es un peligro ya que se promueve a la promiscuidad en ellos, limitando a las relaciones sexuales sólo al ámbito reproductivo. Quienes vayan en contra de estos principios “morales” serán considerados pecadores. Esto quiere decir que las y los pecadores vendrían a ser: las madres adolescentes, gays, lesbianas, bisexuales, transexuales, portadores del VIH-SIDA, trabajadoras sexuales, quienes se masturban, entre otros. Argumentando – si hubieses seguido “el buen camino” – nada de esto te hubiese pasado generando en la y el adolescente sentimiento de culpa, convirtiéndose en una pecadora o un pecador.

La Iglesia Católica es considerada como de una de las instituciones que más polémica ha generado en torno a la sexualidad, que restringe el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos hacia las y los ciudadanos, incluyendo a las y los adolescentes. Los sectores más conservadores se niegan incluso a hablar al respecto de estos temas ya que los consideran como parte del entorno privado – en la familia, o más preciso en la pareja de esposos – pues las relaciones extramatrimoniales adquieren el valor de pecado [3].

En nuestro país existen adolescentes que desde temprana edad – en las mujeres 12 años y en los varones 13 años – han experimentado su sexualidad de diversas formas y debido a ello deben contar con las condiciones que les permitan ejercer sus derechos sexuales y reproductivos, y eso es estar informados. Por otro lado, no todos los padres y madres poseen la formación para guiar en forma adecuada a sus hijas e hijos en la educación sexual.

“La familia por temor a esta falta de preparación ha ido delegando la responsabilidad de la educación sexual en instituciones como la escuela y de manera indirecta en los amigos y en los medios de comunicación social…” [4].

Vale mencionar que las iglesias tampoco están realizando un trabajo que busque promover una formación de conocimientos, derechos y valores, hacia un marco de respeto mutuo, amor propio y equidad. Precisamente ese un velo de misterio y condición de secreto con que han ocultado a la sexualidad, dando un distorsionado mensaje sobre el deseo de experimentar lo que es la sexualidad y su cuerpo.

“…la legislación sobre el sexo… ha reflejado las divergentes opiniones de la ética sexual que surgieron de las polémicas religiosas de la Reforma. La ley sobre el sexo de las naciones predominantemente católicas ha supuesto que el sexo es algo impuro, que todo sexo extraconyugal es malo, que las prácticas anticonceptivas deben ser ilegales, y que el matrimonio es indisoluble…[por otro lado] las sociedades básicamente protestantes han fundamentado gran parte de su ley sobre el sexo en la ética sexual de los reformadores… su ley matrimonial ha subrayado característicamente el interés de las sociedad en promover la familia y el bienestar, pero ha dejado a la conciencia de cada persona muchas cuestiones relacionadas con el sexo conyugal y la anticoncepción, en lugar de tratar de convertir en ley las normas respectivas…[también] intentaron combatir el divorcio, pero, en contraste con las sociedades católicas tradicionales, también se han mostrado dispuestas a tolerarlo como una infortunada necesidad.” [5].

La educación sexual en nuestro país aún no se está cumpliendo con los “Lineamientos educativos y orientaciones pedagógicas para la Educación Sexual Integral” lo cual demuestra la ausencia de programas y servicios por parte del Estado que protejan la salud sexual y reproductiva en la formación de la y los adolescentes hacia una “cultura preventiva”, concuerdo Bonnie Shepard en que las normas religioso-culturales sobre género y sexualidad conducen a violaciones de derechos en la vida privada. Surgiendo así un rechazo sociocultural a la sexualidad considerada como algo pecaminoso [6]. Limitando a la sexualidad sólo a un fin reproductivo, de sentir placer estarás cometiendo pecado. La idea no es ocultar la realidad, el embarazo adolescente, el aborto, la violación sexual, la iniciación sexual a temprana edad son hechos que ocurren diariamente en nuestro país y no debemos retroceder en las acciones de prevención debido a los fundamentalismos religiosos que imparten las iglesias – en especial la Católica – que con sólo la abstinencia creen que solucionarán la situación.




Invito a las y los lectores a visitar Google e ingresar en la barra de búsqueda algunas de estas palabras y sabrán a lo que me refiero: sexo, masturbación, coito, virginidad, lesbiana, gay, felatio, connilingus, entre otros que consideren.


________________________


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

1. Molina, R. “La sexualidad en la adolescencia y sus riesgos”. En: Hidalgo, Alfredo (Ed.). Seminario Internacional: Salud, sexualidad y reproducción en la adolescencia. Organización Panamericana de la Salud, Centro Universitario de Ciencias de la Salud de la Universidad de Guadalajara y el Instituto Mexicano de Seguro Social. 1era edic. Jalisco. 1995:61


2. Foucault, M. Historia de la sexualidad II. Edit. Siglo XXI. 21era edic. México D.F. 1998:8

3. Cohen, J. “Para pensar de nuevo la privacidad: la autonomía, la identidad y la controversia sobre el aborto”. En: Blank, Fanny y otros. Sexualidad y derechos ciudadanos. Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán. Lima. 2001.

4. Palma, G. y Vidal, J. “Familia no cumple su rol de formación de la sexualidad del adolescente”. En: Instituto de Salud Pública. Tendencias en salud pública: salud familiar y comunitaria y promoción. Módulo I. Diplomado en Salud Pública y Salud Familiar de la Universidad Austral de Chile. Santiago. 2004:1

5. Brundage, J. La ley, el sexo y la sociedad cristiana en la Europa medieval. Fondo de Cultura Económica, 1era edic. en español. México D.F. 2000:563

6. Shepard, B. “Pecado y derechos humanos: la falta de ciudadanía sexual de la juventud”. En: Cáceres, Carlos; Frasca, Tim y otros (Edit.). Ciudadanía sexual en América Latina. Abriendo el debate. Universidad Peruana Cayetano Heredia, 1era edic. Lima. 2004.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

No estoy muy de acuerdo contigo, la iglesia Católica cumple un buen rol educativo en las escuelas. Es por eso que lo padres prefieren que sus hijos estén en estos colegios ya que dan una buena formación.

HyggeR dijo...

Gracias por tu comentario, pero estuve en un colegio católico y jamás hablaron del tema. Incluso te invito a que puedas informarte con un caso que pasó en la ciudad de Trujillo de la expulsión de una adolescente de un centro educativo religioso "conocido" porque una web decía que ya no era virgen.

Anónimo dijo...

Tampoco estoy de acuerdo. Está bien educar, pero no fomentar libertinaje. Según tu artículo, te es normal que los y las adolescentes de 12 años tengas relaciones sexuales... Qué madurez tiene un niño o una niña de 12 años para decidir sobre su cuerpo y por ende su vida. No confundamos lo que es estar informado y permitir atrocidades por favor!

HyggeR dijo...

En ningún momento hago referencia al libertinaje y tampoco hago referencia a que es normal pues es REAL. La iniciación sexual es algo que no podemos controlar porque depende mucho de cada persona. Nadie puede y debe precionar en ello, pero qué pasa en las situaciones donde no se ha formado a un menor de edad sobre el respeto a su cuerpo. No me vengas a decir que de eso no se han aprovechado algunos sacerdotes: "La Iglesia invirtió más de 23 millones de dólares en luchar contra los abusos de menores, 22 millones de terapia para las víctimas y 374,4 millones en indemnizaciones a unas 500 personas" (Marzo, 2009).

ferh dijo...

La sexualidad siempre será un tema polémico justamente por aquella realidad a la cual haces mención; mas, si bien concuerdo con aquella necesidad de fomentar desde el Estado una "cultura preventina", considero que la satanización que haces de la iglesia es desmedida, aunque bien surja de una parte de la realidad. Ni es toda la iglesia ni mucho menos son todos los colegios o sacerdotes quienes tienen esa mirada medieval sobre la sexualidad; será la mayoría, pero basta que haya uno para hacer esa diferencia.
Pero me inquieta un tema más delicado, ¿qué derechos sexuales y reproductivos pueden tener chicos o chicas de 12, 13 ó 15 años? efectivamente los adolescentes exploran cada vez a más temprana edad, pero cuestiono su capacidad para ejercer ese derecho de manera responsable, no sólo por cuestión de desconocimiento -un joven adulto y aun un adulto pleno cometen también los mismo errores sobre su sexualidad o la sexualidad de otros- sino y sobre todo por cuestión de madurez. Es cuestionable claro que la iglesia proponga un tipo de conducta sexual, en este caso el de la abstiencia, pero esa es su mirada... algo más, dices que con el silencio o la amenaza de la culpa desinforman, yo me pregunto, quién desinforma más la iglesia con la abstinencia como bandera o la sociedad que permite tanta contaminación publicitaria y mediática sobre la mujer y el sexo? Finalmente, yo como profesor asumo la necesidad de hablar del tema, pero, como dices, aún hay profesores y familias mal preparadas para abordar el asunto sin prejuicios ni miedos, mas alguien debe decir algo.. el Estado no lo hace, así que le queda a unos la iniciativa y entre todos esos "Unos", lamentablemente tenemos el discurso de las iglesias... pero al menos, podría decir, alguien hace algo a pesar de sus limitaciones.
Entonces, considerando que no es toda la iglesia, pues no todos los curas son retrógradas ni violadores, y considerando que al menos hay un discurso que bien podamos cuestionar, no me queda claro la intención del título que firmas... la doble moral no se forman desde las instituciones se permiten en la vida social, por loque finalmente somos nosotros los únicos responsables de tanto desbande en cuanto al tema...
conversamos...!!!